Hay, existen, habitan en Zona Norte,dos fotógrafas juveniles. Dos grandes juveniles
fotógrafas. Para su suerte, ambas tienen una amiga, que oficia – sin querer y
en un futuro seguramente lo hará cobrando un sueldo- de Agente, ser adorable que bauticé: La Agente. Por esta Agente,
conocí a estas dos jóvenes fotógrafas. Realmente ya las conocía, pero no las
recordaba. Esto podría ser el colmo del periodismo o la crónica o algo por el
estilo. Lo cierto es que expongo una verdad de cronista: fui hasta el bello
Patio del Liceo ubicado en Av. Santa Fé
2729, para luego subir sus escaleras un tanto empinadas, para luego
entrar al Studio 488, por el único hecho de haber prometido realizar una reseña en una fiesta, hace unos días,
borracho. Seamos claros: estaba borracho cuando acepté el bello folletín y
luego deslicé un estúpido pero sincero: “yo te hago una reseña”. En fin: tomen
al cronista y su verdad o déjenlo. Ahora, lo bueno es que descubrí a dos
grandes juveniles fotógrafas. No dilato más.
La muestra colectiva de fotografía se llamó Directo a Los
Ojos y su fin era exponer lo trabajado en el taller –del mismo nombre que la
muestra- de creatividad y seguimiento de proyectos fotográficos que dicta
Marcela Valero Narvaez. En el folleto de la muestra se propuso una trilogía
verbal muy interesante: “observar, contemplar, descubrir”. Entonces, obvio vino
en mano, me dispuse, luego de saludar a La Agente de las juveniles fotógrafas,
a “observar, contemplar, descubrir” sin mayores expectativas. Observé algunos trabajos interesantes. Sí,
el nivel general –técnico- era bueno. Pero había muchos lugares comunes, fotos
con excesivo conceptualismo que terminaban vacías o fotos con excesiva pulcritud
y poco juego. Y para colmo: había una cantidad inusitada de gente, mucha mucha
gente. Casi no podía seguir ese círculo imaginario que todo ser realiza en una
muestra. Me quedé parado. Estático y algo cansado, ya tenía una leve pátina
violácea en mis labios. ¿Seguir o no seguir, era esa la cuestión? ¡Y había
olvidado los nombres de las fotógrafas que debía ver y reseñar! ¡Y La Agente no estaba a la vista en
ningún lugar! Era el momento para irse… Pero no, el alcoholismo es dueño de una
ética. Me salvó mi amigo Sebastián –crítico duro si lo hay, y en todo lo que
sea artístico, y en este caso yo temía debido a sus conocimientos en fotografía- quien sobrepasó a una vieja
por su diestra y se colocó en el lado ficticio del círculo ficticio que nos
faltaba recorrer. Me detuve, y observé:
- ¡Qué lindas fotos! Estas son las que más me gustan, tienen
algo de misterio, una capacidad para captar el momento, la escena, la historia….
Dije verdaderamente feliz.Esperaba temeroso la reacción de mi sabio amigo...
Sebastián se paró, observó y contempló.
Luego descubrió y dijo lo que yo no me animaba a expresar:
- Estas de este lado son muy buenas y ésta de acá es Lucila, Lucia
Basile, y esta de acá es Julita…Julieta Terceiro. Son lo mejor de la muestra, la
verdad eh... Mirá cómo laburan las luces y en este caso el enfoque. No exageran
tanto con los efectos o con el Bokeh…( dígase Boqué y quedará muy bien en el ambiente).
Era verdad. En toda la muestra eran las mejores. Me quedé
prendido contemplando.
¿Podríamos decir como
siempre que se escribe algo sobre alguien joven que estas chicas, estas mujeres
son una gran “promesa”? No, no y no. Creo -y acá citaré el único libro que
trata más o menos acerca de la fotografía que leí en mi vida-, como sostiene Barthes en La Cámara Lúcida que “la fotografía
es un arte, una ciencia de los cuerpos, objeto de deseo o de odio”. Entonces:
Julieta Terceiro y Lucila Basile ya son Fotógrafas ( con mayúsculas) o si no lo son para alguien,
lo son para mí y seguramente para algunos de mis amigos o amigos suyos que
seguramente tienen mucho mejor gusto y eticidad artística que algunos
respingados.Lucila Basile y Julieta Terceiro dominan la ciencia de los cuerpos y provocan deseo a través de sus trabajos fotográficos.
Lucila Basile es la fotógrafa más – lo digo y no sin miedo-
naturalista de las dos. La naturaleza es vital en sus fotos. Fotos que
raramente son melancólicas. Al verlas me invadía una alegría extraña, una
alegría no vulgar. Pero también sabe explotar el misterio: su foto de la
salina me invadía desde un studium,
-siguiendo a Barthes-, que me obligaba a ver, en mi mente, el poema hermoso y
misterioso de Zelarayán titulado La Gran
Salina. Mientras veía el blanco y el horizonte, casi sentía
al viejo recitándome al oído: “Yo vacilo..../ y callo..../porque estoy pensando
en los trenes de carga/ que pasan de noche por la Gran Salina.”.
El mismo misterio habita en la foto de las dos nenas rubias en el bosque, dadas
vuelta mirando a la nada o a algo... Aquí hay una veta que Basile puede explorar más. Es dúctil.
Muestra personalidad tanto en la fotografía de flores ,como de cuerpos en
movimiento-aunque prefiera el estatismo-, como en paisajes o situaciones nocturnas. También se lanza al collage
paisajístico con un resultado interesante.
Pasemos a la otra juvenil fotógrafa. Julieta Terceiro invade desde el punctum. Las fotos de Terceiro punzan. Sus personajes, incluso
algunas personas coinciden en ambas fotógrafas por ser seres cercanos, se
muestran plagados de una ambigüedad sensible y sexual, que muchos podrán
definir como típicamente femenina, pero que prefiero definir puramente como
erótica o, si nos ponemos más exquisitos, como sensualista. Una foto me marcó particularmente. En un bosque se ven correr a dos
chicas: es casi como una vacación de otro tiempo que visto ahora es melancólico
y misterioso, pero que en la fotografía, intenta punzar y salirse: como
si las dos chicas trataran de saltar a este tiempo sin dejar de correr, de
jugar, de reir y estarse a gusto en aquél…Otra bella foto sitúa en
blanco y negro a una chica fumando rodeada de edificios. Ahora bien, lo que sería
una foto casi cliché, bien porteña, con todo lo francés que puede tener una
imagen porteña; es resuelta por Terceiro con una apuesta sabia. La chica es
vista desde abajo y los edificios se superponen en un juego de sombras: esta
chica termina siendo una sombra que se filtra transparente en las paredes de
las moles blancas. Los planos se disuelven provocando una ilusión de
corrimiento, sin perder de vista el cielo en una especie de horizonte.
Podría escribir muchas más palabrerías, siempre desde esta
subjetividad. Pero todo concluye.
Estaba feliz luego de disfrutar de mis dos fotógrafas
juveniles favoritas. Pero faltaba algo: además de las fotos expuestas en las
paredes, había algo así como objetos o juguetes de artista con fotos que habían quedado
fuera de las paredes blancas de la muestra. Lucila Basile agrupó bellamente unas fotos terminadas de
forma simple pero con gracia, en unos marcos de cartulina. Estas fotos
habitaban en una bolsa colorida. Me dieron ganas de robarme la bolsa. Pero ya un cronista borracho es malo y uno ladrón lo será doblemente…
Julieta Terceiro –más clásica- imprimió un bello libro que rezaba una oratoria spinetteana: “no te alejes tanto de mí”… Las fotos de los libros confirmaban lo
expuesto. No había nada más que hacer allí.
La Agente sugirió comer pizzas; y lo sugirió con una
seguridad tan grande que todos aceptaron a coro.
Me fui del Patio del Liceo sabiendo que Julieta Terceiro y
Lucila Basile dominan el arte de los
cuerpos: humanos o animales, naturales o artificiales, nocturnos o diurnos. Ellas
dominan la fotografía y sus técnicas y ya vislumbran cada una su estilo que en el futuro definirán o trastocarán.
Finalizando, así como Julián del Casal cayó fulminado al conocer
a la poeta Juana Borrero, poeta que siendo adolescente ya tenía un dominio lírico
tremendo y asesino. Yo, caí fulminado ante dos grandes juveniles fotógrafas. Y,
podemos terminar realizando una apología del alcohol: si no hubiera estado
borracho aquella noche en la que La Agente me invitó a la muestra, no me hubiera deleitado, no hubiera observado,
contemplado y descubierto a estas dos artistas de las luces y cuerpos.
Para que no digan que soy malo, la muestra también contó con
trabajos de:
Agustina Abril, Angie Luna, Beatriz Masine, Belén Caramanti,
Daiana Imas, Elisa Gulminelli, Gabriel Lichtenstein, Guadalupe Basagoitia, Issy Vaz Ferreira, Josefina Alvarenga, Juan
Martín Kange, Juana Iribarren, Julieta Echeverría, Julieta Terceiro, Julio
Blasco, Luciana Cosentino, Lucila Basile, Marcela Adad, María Victoria Rossi,
Mariana Albertina Palacio, Ro Heine Galli, Sandra Sciaini, Santiago Cantilo,
Sofi Iezzi y Sofía Barberis.
El trabajo de Lucila Basile pueden verlo aquí: http://lucillew.tumblr.com/
El trabajo de Julieta Terceiro pueden verlo aquí: http://julita-t.tumblr.com/
L. Serrano. 19 de diciembre de 2012.
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